El caso es que la guerra civil no ha sido la primera guerra civil que ha sufrido España, una de las primeras la librada en el siglo XIV. Podíamos englobar también las guerras Carlistas, los conflictos en la época de Felipe IV y el Conde-duque de Olivares. Pero a lo que iba es que no ha sido la primera pero si la más importante, y la que más trascendencia ha tenido (Raymon Carr, escribió una historia de España hasta la guerra civil) tanto a nivel continenta como mundial.
Los achaques postbélicos aún los tenemos muy presentes, en nuestras expresiones (como por ejemplo cuando vemos un pantano; "pues seguro que lo inauguró Franco") o en los reproches que se hacen gobierno y oposición apuñanlándose unos a otros. Y por supuesto en las comparaciones con la paupérrima situación social, económica, política, en la que nos encontramos ("Con Franco se vivía mejor")
La guerra, en mi opinión, está en boca de todos. Desde que crecemos intelectualmente y contamos con 12 ó 13 años ya oímos cosas de la guerra civil en el telediario (conmemoraciones, aniversarios, etcétera). En la adolescencia oímos que tuvimos una guerra, y no que hace tanto tiempo de ella, oímos lo típico que Franco mató porque no pensaban igual que él. Para documentarnos más en este tema, recurrimos a nuestra historia viva: LOS ABUELOS. Yo, por suerte o por desgracia, no tengo ningún familiar que luchó en la guerra, por lo tanto lo que se, supe o pueda saber depende de una cosa que se llama libro, que por otra parte y aprovechando la coyuntura, he de decir que eran los más férreos enemigos del franquismo.
El tema de la guerra sigue siendo un tema espinoso y sangrante y que sirve para aunar o separar más a los diferentes extremos. De la guerra civil se tiene en boca "es que Franco mató", "es que Carrillo mató", "es que La pasionaria mató".... ¿Sabéis qué? Que todos mataron, por H, por B, o por la regla del "por todos mis compañeros y por mí primero". Matabas obligado, por salvar a los tuyos, y si por salvar a los tuyos tienes que matar a tu vecino, en el mejor de los casos, lo matas, lo rematas y los postmatas. Fue una guerra, injusta, cruel (como todas) pero que será recordada porque los beligerantes engrosaban sus filas de primos, vecinos y hermanos que tenían que matar a primos, vecinos y hermanos.
A la desaunión y acercamiento de los extremos que me refiero en este mismo párrafo no es otra que la magnífica actuación de las películas, los programas de televisión, por supuesto la prensa, y los que menos culpa tienen; las historias de boquilla de las que todos somos muy fans.
La guerra sin duda no se ha olvidado, y siempre crispa. El caso más reciente es el de las exhumaciones del juez Garzón, pero no solo en el ámbito jurídico-histórico, en el musical por ejemplo mencionar a Barricada, cuyo penúltimo CD trata sobre la guerra civil con un sentido didáctico-subjetivo (La tierra está sorda) y del que yo recomiendo vívamente su escuche. No olvidar también las polémica surgidas a raíz del desmantelamiento de las estatuas de Franco, que aquí son mencionadas, pero dan para otra entrada del blog. Otros elementos muy numerosos que no son menos importantes pertenecen al mundo de la cultura y la guerra, de los que sólo con poner una serie de nombres ya relacionaréis: Barraca, Miguel Hernández, Picasso, Miró, la exposición de París del 37, Guernica, carteles de Grimau, la generación del 27, el traslado del conjunto patrimonial desde el Prado a Valencia por culpa de los bombardeos y otros tantos que me olvido de citar.
Solo se que la guerra civil sangró, sangra y sangrará...
Solo se que la guerra civil sangró, sangra y sangrará...
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