miércoles, 28 de noviembre de 2012

Capítulo 1. Un mal día

Llovía. Era una noche fría y neblinosa. Una luz iluminaba una casa situada en un bloque de pisos de Garden street en el número 6. Él era consciente del nerviosismo que le removía las tripas y que le hacía tener los labios demasiado secos de lo normal. No obstante se acicalaba para salir con la normalidad habitual que le caracterizaba. Perfiló su raquítico mostacho, se puso la camisa blanca y se anudó la corbata negra a juego con el pantalón de pinzas y los zapatos recién enlucidos. Se perfumó y mientras lo hacía descolgó el teléfono marcando un número. Al otro lado del hilo telefónico se oyó una voz enfermiza, pero conciliadora.

- ¿Diga?
- Madre.
- Hijo, dime.
- Acuérdate de lo que hablamos
- ¿De qué....?

Para cuando quiso acabar la frase el teléfono ya había sido colgado y a la mujer le acechó una inquietud sobrenatural que le hizo removerse en el asiento temiendo lo peor.
Colgado el teléfono, se acercó a la cocina y bebió una vaso de agua que humedeció los agrietados labios. Del primer cajón sacó su .38 special de seis balas en tambor y se lo guardo en el bolsillo interior de la gabardina.
Salió por la puerta cerrándola de un golpe y echó las tres llaves que resonaron el todo el portal. Bajó con paso firme, sin precipitarse. Llegó al umbral de la puerta y un frío estremecedor recorrió su cuerpo y le caló inundándole de un terror poco propio de él.
Anduvo varias calles hacia arriba, observando todos y cada uno de los movimientos de las personas que transitaban las calles a esas horas de la noche. Cruzó el teatro y vió el cartel que anunciaba (la próxima obra de su queridísimo amigo Hugh Parker) cruzó la avenida Liberty, y se metió a la derecha en dirección al barrio Hopeless. Una vez entrado en el barrio de la esperanza, cruzó una calle y fue a parar a un callejón que lindaba con la puerta trasera de una sala de variedades. Vió que el callejón en su parte más interna no estaba iluminado, y al girarse para deshacer su camino aparecieron cuatro hombres. Todos con la misma indumentaria. 
Los cinco hombres se miraron fijamente. Uno de ellos, el más robusto y con una cara enjuta se le acercó.

- Sabes quiénes somos y porqué estamos aquí, ¿verdad?
- Solo sé que no sé nada
- Eres muy filosófico para ser un cadaver.

En ese mismo momento los tres hombres que acompañaban al arrogante robusto dieron un paso al frente con actitud amenzadora.

- No soy filósofo, me dedico a decir lo que pienso
- Por eso mismo estamos aquí, para que sepas cuál es el precio de tu arrogancia maldito necio.

En ese momento sintió unas ganas irrefutables de sacar el .38 y hundirle una de las balas en la sesera. Respiró hondo lo que produjo que los cuatro hombres sacaran sus armas; tres .38 y uno de ellos portaba una thompson.

- No hagamos esto más dificil. Balbuceó el hombre robusto.

Y en ese mismo instante exhaló el último aliento de vida, lo saboreó y se dedicó a oir el silencio. Inmediatamente una ráfaga de balas impactó sobre el pecho y la cara. El sonido de los casquillos se mezcló con el del desplome del cuerpo contra el húmedo asfalto, (y el humo que desprendían las armas se entrelazó al olor a basura que residía en los cubos sobre los que el cuerpo inherte y sin vida del jóven impactó.)
Los cuatro hombres armados deshicieron su camino, y al doblar la esquina montaron en un cadillac blanco que salió dejando tras de sí una importante humareda. La lluvia no cesaba, el cuerpo se mojaba y emanaba sangre de los distintos orificios provocando un reguero que chorreaba hasta la puerta trasera del club de variedades. 
Ilustración creada por Maikel Mendoza. Si queréis calidad en dibujos e imaginación, además que es imprescindible para tener una imagen de mis relatos seguidle en: http://noctis-avem.blogspot.com.es/ 

martes, 6 de noviembre de 2012

La guerra civil en la actualidad

La guerra civil española, por si alguien no lo sabe, cosa que dudo, duró desde 1936 a 1939. Más concretamente desde el 18 de julio de 1936 hasta el 1 de abril de 1939 con aquellas palabras "cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus último objetivos militares"...bla bla bla hasta el 20 de noviembre de 1975.

El caso es que la guerra civil no ha sido la primera guerra civil que ha sufrido España, una de las primeras la librada en el siglo XIV. Podíamos englobar también las guerras Carlistas, los conflictos en la época de Felipe IV y el Conde-duque de Olivares. Pero a lo que iba es que no ha sido la primera pero si la más importante, y la que más trascendencia ha tenido (Raymon Carr, escribió una historia de España hasta la guerra civil) tanto a nivel continenta como mundial.

Los achaques postbélicos aún los tenemos muy presentes, en nuestras expresiones (como por ejemplo cuando vemos un pantano; "pues seguro que lo inauguró Franco") o en los reproches que se hacen gobierno y oposición apuñanlándose unos a otros. Y por supuesto en las comparaciones con la paupérrima situación social, económica, política, en la que nos encontramos ("Con Franco se vivía mejor")

La guerra, en mi opinión, está en boca de todos. Desde que crecemos intelectualmente y contamos con 12 ó 13 años ya oímos cosas de la guerra civil en el telediario (conmemoraciones, aniversarios, etcétera). En la adolescencia oímos que tuvimos una guerra, y no que hace tanto tiempo de ella, oímos lo típico que Franco mató porque no pensaban igual que él. Para documentarnos más en este tema, recurrimos a nuestra historia viva: LOS ABUELOS. Yo, por suerte o por desgracia, no tengo ningún familiar que luchó en la guerra, por lo tanto lo que se, supe o pueda saber depende de una cosa que se llama libro, que por otra parte y aprovechando la coyuntura, he de decir que eran los más férreos enemigos del franquismo. 

El tema de la guerra sigue siendo un tema espinoso y sangrante y que sirve para aunar o separar más a los diferentes extremos. De la guerra civil se tiene en boca "es que Franco mató", "es que Carrillo mató", "es que La pasionaria mató".... ¿Sabéis qué? Que todos mataron, por H, por B, o por la regla del "por todos mis compañeros y por mí primero". Matabas obligado, por salvar a los tuyos, y si por salvar a los tuyos tienes que matar a tu vecino, en el mejor de los casos, lo matas, lo rematas y los postmatas. Fue una guerra, injusta, cruel (como todas) pero que será recordada porque los beligerantes engrosaban sus filas de primos, vecinos y hermanos que tenían que matar a primos, vecinos y hermanos.
A la desaunión y acercamiento de los extremos que me refiero en este mismo párrafo no es otra que la magnífica actuación de las películas, los programas de televisión, por supuesto la prensa, y los que menos culpa tienen; las historias de boquilla de las que todos somos muy fans.

La guerra  sin duda no se ha olvidado, y siempre crispa. El caso más reciente es el de las exhumaciones del juez Garzón, pero no solo en el ámbito jurídico-histórico, en el musical por ejemplo mencionar a Barricada, cuyo penúltimo CD trata sobre la guerra civil con un sentido didáctico-subjetivo (La tierra está sorda) y del que yo recomiendo vívamente su escuche. No olvidar también las polémica surgidas a raíz del desmantelamiento de las estatuas de Franco, que aquí son mencionadas, pero dan para otra entrada del blog. Otros elementos muy numerosos que no son menos importantes pertenecen al mundo de la cultura y la guerra, de los que sólo con poner una serie de nombres ya relacionaréis: Barraca, Miguel Hernández, Picasso, Miró, la exposición de París del 37, Guernica, carteles de Grimau, la generación del 27, el traslado del conjunto patrimonial desde el Prado a Valencia por culpa de los bombardeos y otros tantos que me olvido de citar.

Solo se que la guerra civil sangró, sangra y sangrará...